A finales de año, el director creativo y CEO de Burberry, Chirstopher Bailey anunció que iban a fusionar las tres líneas de la firma en una (a lo Marc Jacobs que ya se cargó Marc by Marc Jacobs hace un par de temporadas) y que el resultado lo veríamos en la London Fashion Week. Y aquí está. Decid adiós a los términos Prorsum, London o Brit con los que la firma inglesa apellidaba a sus líneas y, supongo, a la diferencia de precios entre una línea y otra.
Mientras que la línea Prorsum estaba destinada a la pasarela, poseía los precios más altos y era la menos ponible de las tres, tras el anuncio, esperaba ver una colección meramente comercial y cargada de los tópicos de la firma (léase gabardinas y cuadros escoceses por dócquier), pero, por fortuna, no ha sido así. El print, el patchwork, las lentejuelas bordadas, el animal print y las flores han dominado la totalidad de la colección con el verde como color protagonista. En cuanto a las siluetas, predominan los vestidos midi que tanto nos gustan pero también hay lugar para los pantalones crop acampanados y para un outerwear más oversize de lo habitual.
Como siempre, los complementos son los que terminan de enamorarnos. Big yes a los botines con tachuelas un tanto ortopédicos y esos bolsos cuya asa se lleva más protagonismo que el bolso en sí.
Y como no podía ser de otra forma, David Bowie ha vuelto a estar presente en Burberry, que ya le dedicó un bonito homenaje cuando presentó su colección masculina. El tributo al genio inglés está vez se ha visto reflejado en el maquillaje de algunas modelos que llevaban un marcado glitter alrededor del ojo como guiño a Ziggy Stardust, el hombre que bajó de las estrellas.
Polvo de estrellas glitter. ¡Me lo apunto!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario