Como ya habréis visto en nuestro Snapchat, el otro día nos escapamos a hacer un poco de shopping al salir de la #redaccionFMA. Al pasar por delante del escaparate de Mango, mis sensores arácnidos se dispararon. La culpa fue de la recién llegada colección New Metallics, que presenta Karlie Kloss. Está bien, tal vez debería haber dicho “mis sensores urraca” porque me puede todo lo que brilla… Sobre todo si es para el día.
Y es que hablando de respirar… ¡Se me cortó el aire al ver cómo se ha transformado Mango! Reconozco que hacía muuuucho que no entraba en una de sus tiendas, básicamente porque para estar al día de sus novedades, echo un vistazo periódicamente a la web y me basta (o eso creía). También porque, lo admito, miraba un poco de reojo, con la idea que seguía en mi mente del Mango de hace unos años (no tantos, tampoco) más gris y aburrido, con ropa sosa pero perfecta para ir a la oficina, aunque poco atractiva o inspiradora, de esa que te entra por los ojos y quieres necesitas comprar (aunque sepas que, tal vez, te lo pondrás sólo un par de veces en toda tu vida). Y eso es lo que me ocurrió el otro día. ¡Lo quería todo! Me hubiese llevado media colección festivalera de Coachella (mucho más bonita en la tienda que en el lookbook, que creo que no está del todo conseguido o no le hace justicia a la ropa) y otra media tienda con sus novedades. Pero aunque los precios de Mango no sean prohibitivos, me tuve que conformar con salir con tres cositas, que son las tres prendas que os he puesto al abrir el post: unos vaqueros cropped blancos, un mono ideal de la mueeerteee y unas bailarinas blancas que no estoy del todo convencida que vaya a quedarme… ¿Os gustan a vosotras? ¿Qué haríais con ellas: me las quedo o no? ;P
Ay, si por quedar, ¡me lo habría quedado todo!
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