En lápiz, en líquido, pincel fino, pincel grueso, en crema… La oferta en materia eyeliner se ha cuadruplicado en los últimos años y tenemos mucho donde elegir, pero ¿cómo saber cuál es el tipo perfecto para ti? Yo soy de las que piensa que depende de la ocasión y en mi neceser nunca falta uno clásico en modo lápiz y uno líquido para cuando el cuerpo o el evento requiere un look más arreglado o de fiesta.
En cuanto al lápiz clásico, os aseguro que he probado muchos muchísimos y uno de mis favoritos sigue siendo el Crayon Kohl de Lancôme, que ya usaban mi madre y mis tías cuando era pequeña. A parte de que es muy largo y dura muchísimo, tiene mucha pigmentación, es un negro muy negro, ideal para difuminar y conseguir rápidamente un efecto smoky.
En este post repasamos también cuál es la forma de eyeliner que mejor le sienta a tus ojos, según sean más juntos o separados, pequeños o grandes, etc.
En cuanto a los nuevos eyeliner líquidos, los más fáciles de utilizar, en mi opinión, son los que se parecen a las plumas o rotuladores, con la punta no muy fina y rígida, y un trazo que, de verdad, parece hecho con rotulador.
Para las más mañosas, los delineadores con pincel fino y muy húmedo quedan genial y son los mejores para conseguir el perfecto efecto cat eye que además se mantiene intacto horas y horas. Si como yo aún no le tienes cogido el tranquillo, el consejo que más repiten los maquilladores y expertos es dibujar primero una línea de puntos pequeñitos con un eyeliner en lápiz o con el pincel y después seguir la línea de puntos con el eyeliner líquido. ¡Como un juego de niños!
Aquí va un tutorial que te vendrá bien para llegar a masterizar el arte de delinear los ojos.
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