A veces nos volvemos un poco locos con nuestro día a día. Con programar, planificar e intentar que todo sea según lo que está escrito en nuestras agendas. Yo la primera. Nos ponemos una serie de objetivos a cumplir en el trabajo, como esposas, como amigas, como bloggers... y a veces lo que ocurre es que si una pieza se pierde, luego el puzzle no encaja y nos frustramos.
Siempre digo que cada curso me enseña algo nuevo, algo que ordena mis preferencias y "me pone en mi sitio". Antes era de hacerlo todo "ya", nada podía esperar y a veces pasaba por alto otras cosas de mi vida. Esta vez he aprendido a relativizar más y a tomarme las cosas con más calma: todo y todos pueden esperar en el tema del trabajo mientras que en aspectos de la vida y de nuestra familia, hay veces que hay que actuar enseguida.
Creo que como todo son los años y la experiencia lo que te va dando templanza, confianza y sobre todo ese don de saber priorizar y distinguir lo urgente de lo importante...
Con el paso del tiempo también aprendes a saborear cualquier momento, el que sea, si estás en buena compañía, incluso a veces los momentos de soledad pueden ser felices. No hace falta una mesa con velas ni flores ni el mejor regalo del mundo, a veces, el mejor regalo es tener a esa persona cerca de ti y poder disfrutar juntos.
Por ejemplo este fin de pasado fue nuestro aniversario de boda y aunque había previstas varias cosas, Yago se hizo un esguince y el mismo día del aniversario nos pasamos más de 5h en el hospital. Claro que no fue una celebración ideal, pero habíamos pasado un fin de semana estupendo (os lo enseñé todo en mi Snapchat), habíamos disfrutado y saboreado y estábamos juntos en un momento en el que gracias a Dios, salimos del hospital contentos porque sólo era un esguince y nada más... Una celebración diferente pero igual de especial aún de otra manera, ¿no os parece?
El verano está volando una vez más, literalmente... deseo que disfrutéis cada momento cotidiano antes de quejarnos porque las vacaciones no llegan, porque sin duda puede ser mágico.
Lo que de verdad importa muchas veces está en el día a día: en los despertares, en esos cafés compartidos, en el momento de la comida y esa tertulia preguntándonos qué tal nos va, en ese abrazo sincero de nuestros padres, en la sonrisa de un sobrino.... ¡a disfrutar!
Top: La ragazza a Pois
Lo que de verdad importa es... ¡LA FELICIDAD!
Hoy en la sección shopping, vestidos negros :)
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