Siempre esperamos los desfiles del káiser como agua de mayo para comprobar si le quedan recursos para sorprendernos. Cada una de sus pasarelas se convierten en perfectos shows de moda que adquieren entidad propia y, como era de esperar, Chanel lo ha vuelto a hacer. En esta ocasión, Roma fue la ciudad elegida para presentar su colección pre-fall 2016 y la apuesta de la Maison ha conseguido dejarnos con la boca abierta.
Los estudios Cinecittà de Roma, los mismos en los que Federico Fellini rodó “La Dolce Vita” se convirtieron en el París de principios del siglo XX, para hacer, así, un homenaje a los maestros artesanos de la casa de moda francesa. El desfile, bajo el nombre “Métiers d’Art” homenajeó al cine, la artesanía de Chanel y, cómo no, a Coco. Bajo esta premisa el éxito estaba asegurado, pero la manera de conseguirlo fue una excelente idea del káiser, quien cada día lograr crear emociones en todos sus seguidores.
Las claves del desfile de Chanel
Antes de dar comienzo el show, Karl Lagerfeld presentó el famoso corto que protagoniza Kristen Stewart en homenaje a Coco Chanel. “Once and Forever” se pudo contemplar en un enclave único. La película, dirigida por el propio director creativo de la Maison, fue un éxito absoluto para sus fieles amigos.
El escenario que se logró crear en estos fantásticos estudios de cine fue una maravilla más del propio Lagerfeld. París llega a Roma convirtiendo su pasarela en las calles de la ciudad de la luz. Pastelerías, restaurantes y heladerías conviven en el show y lo hacen de forma activa. Ya que en estos enclaves se sirvió una cena para los invitados al desfile al finalizar el mismo. La casa de moda se inventó su propio periódico y de esta forma logró poner en antecedentes al público. Al leer la portada del rotativo seguro que comenzaron a vislumbrar lo que allí verían en cuestión de minutos. Y es que unos modelos ataviados de repartidores de prensa entregaron los periódicos a todos los asistentes. En la portada se podía ver una imagen de Coco Chanel con Francine Weisweiller y Jean Cocteau, tomada en 1958, con un titular que rezaba “Una chica francesa en Roma”.
La colección de Chanel para esta ocasión homenajea fervientemente a su creadora, apostando por los negros y los tonos extremadamente oscuros. Algo a lo que el káiser no nos tiene, para nada, acostumbradas. Vestidos en diferentes texturas, la apuesta por el negro más absoluto y el uso del cuero fueron los ganadores del show. Aunque, obviamente, también se vio alguna nota de colores claros y sensuales.
Otra vez los zapatos de Chanel se convierten en protagonistas de sus desfiles. En esta ocasión se convierten en portadores de perlas, uno de los símbolos indiscutibles de la Maison. Al finalizar el desfile, el káiser realizó su saludo final junto al pequeño Hudson Kroening y otros modelos masculinos, entre los que estaba el padre del niño.
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