¿Ponerte en forma solamente caminando? Pues sí, chicas, es totalmente posible si seguimos los parámetros básicos del conocido Power walking. Es decir, la caminata enérgica y perfectamente alineada. Es muy común pensar que la mejor forma de perder peso, quemar calorías y mantenernos en forma es practicando running. Pero la realidad es bien distinta y es que existen diversas técnicas de entrenamiento, menos impactantes, que nos van a ayudar a obtener resultados similares que con la carrera convencional.
Es muy importante tener en cuenta que este tipo de entrenamientos se pueden practicar a cualquier edad, independientemente de la condición física de la persona. Además, si no consigues engancharte al running, el Power walking pude ser una base para que poco a poco vayas adquiriendo la resistencia y fuerza necesaria para ello.
Las claves del Power walking
Pese a que se trata básicamente de caminar no vale echar a andar sin conocer la técnica de este tipo de deporte. En función de esto los resultados obtenidos se harán notar de una forma u otra. La clave está, principalmente, en la postura que se va a emplear a la hora de caminar y en la ejecución de la caminata.
Si vas a empezar con esto del Power walking ten en cuenta que tendrás que comenzar con sesiones de entre 45 y 60 minutos. Lo ideal es hacerlo unos 4 días a la semana. Aunque, obviamente, podrás adaptarte a tus posibilidades. Eso sí, el esfuerzo y la constancia son primordiales si quieres ver resultados óptimos.
Es muy importante mantener un ritmo elevado para poder quemar calorías y conseguir entrar en la zona quema grasas. Para ello, si llevas pulsómetro, tendrás que caminar al 60 ó 70 % de tu frecuencia cardíaca máxima. El cuerpo debe de estar totalmente erguido, con los hombros echados hacia atrás y el core o abdomen en contracción constante. Algo fundamental es ejecutar el típico balanceo de brazos que harías si estuvieras echando una carrerita. Esto te va a permitir adquirir el ritmo deseado gracias al aumento de la potencia.
Obviamente este tipo de ejercicios nos ayudarán a quemar calorías, pero lo mejor de todo es que los resultados serán muy similares que los que conseguiríamos corriendo. Además, al ser un deporte de menor impacto, el riesgo de lesiones es mucho más limitado. Si ya realizas Power walking de manera habitual puedes comenzar a introducir cambios de ritmo en cada entrenamiento. Esto es algo parecido a entrenar fartleck o series en el running. La idea es conseguir que las grasas sean la fuente de energía principal para que la pérdida de peso sea mayor.
El Power walking es el aliado perfecto para mantenernos en forma y cuidar nuestras articulaciones. Además, si se practica con una técnica depurada lograremos tonificar abdomen, glúteos, piernas e, incluso, brazos. Por cierto, al final de cada sesión de entrenamiento no te olvides de realizar los estiramientos para evitar lesiones.
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