En verano nos solemos preocupar bastante de ponernos cremas de protección solar en nuestra piel para que los efectos de los rayos del sol no nos perjudiquen. Pero ¿qué pasa con la oxidación de la piel? Yo siempre recurro a la vitamina C para paliar los radicales libres que proliferan a sus anchas, durante el verano, en nuestro organismo. Suelo tomar algún suplemento nutricional con esta vitamina, pero además, las cremas faciales con ingredientes como la vitamina C son geniales para aportar luminosidad a nuestra piel, sobre todo en estas épocas.
La vitamina C como un potente antioxidante
Los radicales libres son pequeñas moléculas que actúan en parejas dentro de nuestro organismo. Lo cierto es que el propio sistema inmunológico se encarga de producirlos ya que son necesarios para luchar contra los virus y las bacterias que nos atacan continuamente. El problema está en la proliferación de estas moléculas de manera indiscriminada. Y es que algunas causas externas pueden provocar que se generen radicales libres en cadena. Esto es lo que perjudica al cuerpo. La forma más eficaz de evitar está producción en cascada de radicales libres es conseguir que nuestro cuerpo disponga de suficientes antioxidantes para acabar con los radicales libres malignos.
Teniendo en cuenta que estas moléculas, cuando se forman indiscriminadamente, son las causantes del envejecimiento prematuro de la piel, sería muy importante disponer de un organismo sano con todos los aportes nutritivos para evitar el envejecimiento celular. Para ello, llevar una dieta sana rica en verduras y frutas que contengan cantidades elevadas de vitamina C y vitamina E, sobre todo, será un gran acierto.
La vitamina C, por su parte, además de disponer de grandes propiedades como antioxidante natural, aporta innumerables beneficios al organismo. Entre ellos, destaca la protección del sistema inmunológico. Por este motivo siempre se ha dicho que hay que tomar naranjas para evitar los resfriados.
En mi caso, en épocas de mayor estrés celular como el verano y el invierno suelo incluir en mi dieta suplementos antioxidantes con grandes aportes de vitamina C. hay que pensar que en verano, el sol oxida nuestra piel, creando la oxidación celular que os comentaba antes. Así que proteger a nuestro cuerpo desde dentro es fundamental para seguir estando jóvenes y evitar los daños más visibles.
Además, las cremas hidratantes y de tratamiento ricas en vitamina C también nos pueden ayudar de forma externa. Es una forma de conseguir luminosidad en nuestra piel y evitar que el colágeno natural de los tejidos desaparezca. Utilizar buenas cremas a diario es fundamental para conseguir que nuestro rostro esté vivo y no pierda su elasticidad. Para esto las cremas faciales de vitamina C son todo un acierto.
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