Quizás era demasiado arriesgado para la alfombra roja de los Oscars, la red carpet por excelencia en la que, ante la duda, siempre es mejor apostar a lo seguro si no quieres que los millones de ojos que te están analizando te critiquen sin piedad. Pero las after parties son otra historia y aquí sí hay lugar para experimentar con las tendencias del momento. Un buen ejemplo de ello nos lo trajo anoche Lily Collins que con su slip dress dorado de Saint Laurent brilló igual o más que la famosa estatuilla. Un beauty look con ondas al agua termina de rematar un look que recuerda a las divas del Hollywood de los años dorado (claro). ¿Qué os parece su apuesta?
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