Cuentan en vogue que Dries Van Noten ha tenido a Gill Button dibujando a mano las 1.200 invitaciones de su desfile durante cuatro días. La artista domina el arte del óleo y sus ilustraciones suelen estar muy ligadas al mundo de la moda. El caso es que Dries le pidió un óleo inspirado en la que sería la musa de esta colección, la marquesa Luisa Casati, y el resultado ha derivado en más de 1000 invitaciones hechas a mano y, por tanto, únicas, y en el look beauty elegido para la presentación de esta colección, a.k.a. como si las sombras de ojos hubieran sido pintadas a brochazos.
Teniendo el cuenta el detallazo de regalar una miniobra de arte única a cada uno de sus invitados, era de esperar que lo que iba a presentar el diseñador belga iba a ser, una vez más, la colección de la temporada y es que para mí, los looks pijameros de Dries siempre han sido un win, a pesar de que en esta ocasión vienen combinados con looks de ejecutivo o de estampado animal que nunca han sido santo de mi devoción.
Pero esto es Van Noten y Dries diseña bonito. SIEMPRE.
Slip dresses yasss.
Por cierto, big thanks por volver a apostar por el botín snakeprint, así podré amortizar una temporada más mis Gucci-Mangos.
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