Hay un esbozo de tendencia que planea sobre nuestras cabezas desde hace tiempo y que algunas miran con reserva, o casi miedo, desde la distancia, como quien monitoriza la evolución de un ciclón que viene a terminar con todo. Yo, en cambio, no puedo esperar a que aterrice porque esa estética vintage con prints retro de manteles manidos a la naftalina y siluetas de batas de abuela con un toque viejuno y pasado, campestre casi amish, desaliñado y oversized ME PUE-DE. Sí, lo confieso, ese toque paleto (para mí, carefree) de llevar un calcetín subido y otro bajado como quien no quiere la cosa (que es querida), me vuelve loquita y creo que las críticas vienen por falta de imaginación al no ver las posibilidades que las piezas ofrecen en sí mismas como clave de un outfit. No creo que haya una falda, un pantalón, una camisa “vieja” o “fea”, creo que hay combinaciones “viejas” y “feas” y que en mano de cada uno está el convertir la prenda más sosa o clasicorra en el estilismo más cool o viceversa. Y en ese arte Alessandro Dell’Acqua para Rochas es un maestro como vuelve a demostrar su colección Crucero 2017. En general, las firmas de lujo han ido adaptando sus propuestas a los mercados más boyantes, con chals de pelo para el verano (en Rusia) o guiños a la estética asiática. Y mientras algunos diseñan para las mujeres florero del petróleo, Alessandro Dell’Acqua prepara el armario perfecto para cuando las figuras clásicas del Olimpo y las vestales despierten y quieran abrazar l’air du temps…
Quiero ser una Diosa… vestida de Rochas. Y llevar sandalias con calcetines de paseo (o crucero) en Miami con camisas floreadas y looks DI-VI-NOS.
Shop Rochas Resort 2017
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